sábado, 26 de abril de 2014

¡BENEFICIOS DE LA RESURRECCIÓN DE CRISTO!

cristo-resucitadoROMANOS 1: 3, 4 
INTRODUCCIÓN: ¿Cuáles son los BENEFICIOS de la  resurrección de Cristo? ¿Qué garantías tenemos por Su resurrección? Analicémoslo de acuerdo a lo estudiado en la Biblia y en los estudios teológicos. Veamos:
 I. Jesús es Verdadero HIJO de Dios en sentido único (Romanos 1: 3, 4)
¿Acaso Jesús desde el principio y siempre no era el Hijo de Dios? (Isaías 7: 14; 9: 6; Mateo 3: 17; 4: 3, 5; 14: 33; 16: 16; 26: 63; 27: 40; Marcos 3: 11; 5: 7; Juan 1: 49; 3: 35; 8: 36; 11: 4; Romanos 8: 3; Gálatas 4: 4; Hebreos 5: 8; 6: 6; 2 Pedro1: 17; 1 Juan 3: 8). De hecho Jesús había dicho claramente, insinuado y demostrado con Sus obras que Él era Hijo de Dios (Mateo 26: 63, 64)
Este fue el motivo por el cual los judíos lo mataron: para ellos era una blasfemia decir “yo soy Hijo de Dios” y constantemente se lo recriminaban (Mateo 26: 63-68). Al final de la historia los que custodiaban el cuerpo de Cristo en la cruz, reconocieron esta gran verdad, cuando vieron las señales extraordinarias al morir Jesús (el velo rasgado en dos, la tierra tembló, las rocas se partieron, los sepulcros se abrieron):“verdaderamente este era el Hijo de Dios (Mateo 27: 50-54).
¡Para nosotros no sólo era, sino que es y seguirá siendo por siempre Hijo de Dios! ¡El Padre le resucita (Hecho 2: 24, 30-33; 3: 15; Romanos 4: 24, 25; 2 Corintios 4: 14; Hebreos 13: 20; Colosenses 2: 12) para confirmar (comprobar) que en verdad Jesús si es Su Hijo único! (Romanos 1: 3, 4). Por eso  nosotros los creyentes no debemos  tener ni la mínima duda en la mente y en el corazón que Jesús en verdad  es el Hijo de Dios (Mateo 27: 50-54). ¡Esta prueba de que Jesús es verdaderamente Hijo de Dios en sentido único, es uno de los grandes beneficios de la resurrección de Cristo! ¿Con que clase de cuerpo resucitó Jesús? Analicémoslo a continuación:
  • Resucitó con el MISMO cuerpo que antes tenía
Pruebas de que era el MISMO cuerpo de Cristo: a Tomás le hizo tocar las heridas (Juan 20: 27), comió delante de los discípulos (Lucas 24: 41-43)
  • Resucitó con el mismo cuerpo pero TRANSFORMADO
Evidencias claras de este MISMO cuerpo pero totalmente TRANSFORMADO en su naturaleza (no se sujetaba más a las leyes naturales): se les apareció entre ellos estando las puertas cerradas (Juan 20: 19), desapareció de sus vistas (Lucas 24: 31).
Resucitó con el mismo cuerpo de antes, pero ahora sin la posibilidad de volver a morir (Romanos 6: 10; Hebreos 7: 27; 9: 12, 26, 28), porque Su cuerpo ahora fue transformado con la resurrección.Las diez (10) apariciones nos dan amplia evidencia de esto. Ver tema las apariciones de Cristo. ¡Además Su resurrección es garantía de nuestra resurrección! Más adelante lo estudiaremos
II. Cristo murió y RESUCITÓ para ser SEÑOR (Romanos 14: 9)
Señor (gr. Adonay – Kurios/kirios): dueño, amo, tener poder, autoridad, controlador y alguien en autoridad. Era el título de respeto a los amos, maestros, reyes y alguien de la nobleza. Sin embargo Adonay” (forma plural) para referirse al glorioso Señor y a la plenitud de Sus poderes y Su soberanía. El kirios de A.T (Jehová) y del N.T (Jesús). ¡Él es el Señor! Pedro en su primer discurso lo predicó categóricamente: “Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo (Hechos 2: 36). Ver tema Cristo como Señor
III. Su resurrección garantiza la veracidad de nuestra PREDICACIÓN (1 Corintios 15: 14, 15)
Sin la resurrección de Cristo nuestra predicación seria “vana” (gr. Kenós o kené): vacía (lit.), hueco, sin contenido fiable
IV. Su resurrección garantiza una FE autentica (1 Corintios 15: 14, 17; 1 Pedro 1: 3)
Sin la resurrección de Cristo nuestra fe también seria “vana” (gr. Mátaios o matia): vacío, inútil, sin valor alguno
V. Su resurrección garantiza el PERDÓN de nuestros pecados (1 Corintios 15: 17)
Con su muerte El PAGÓ el precio de la pena por nuestros pecados y COMPRÓ nuestra justificación. Cristo RESUCITÓ de los muertos para darle validez y celebrar la obra de la justificación (Romanos 4: 25). Además Dios ACEPTÓ el sacrificio de Jesús por nuestros pecados (1 Corintios 15: 17). Cuando Dios el Padre resucitó (Hechos 2: 30-36) a Su Hijo, nos comprobó que en verdad sí ACEPTÓ el sacrificio de Cristo por nuestras iniquidades y que nos PERDONA por medio de la muerte de Su Hijo amado en la cruz
VI. Su resurrección garantiza que NO SOMOS dignos de lastima (1 Corintios 15: 19)
Pablo usa aquí la palabra “conmiseración” (gr. Eleeinós): lastimero, digno de lastima (PDT), miserable: “Si nuestra esperanza en Cristo es sólo para esta vida, entonces somos los seres humanos más dignos de lástima (PDT). “Si nuestra esperanza en Cristo solamente vale para esta vida, somos los más desdichados de todos” (DHH) 
VII. Su resurrección garantiza que RESUCITAREMOS (1 Corintios 15: 20)
La resurrección de Cristo es garantía que nosotros los creyentes convertidos; también seremos resucitado en Su segunda venida por la iglesia  (Romanos 6: 5; 1 Corintios 6: 14; 15: 49; 2 Corintios 4: 14). Nosotros resucitaremos el día final con un cuerpo transformado como el de Jesús cuando resucitó (Apocalipsis 21: 4). ¡Es nuestra esperanza y consuelo! (1 Tesalonicenses 4: 13-17)
Recuerde que Cristo fue la primicia de resurrección y luego los que son de Cristo (creyentes convertido), en Su venida (1 Corintios 15: 20-23). Pablo está usando aquí en este texto bíblico la ilustración de la agricultura: el campo, la semilla se entierra, muere y luego crecen muchos tallos. Unos maduran primero y constituyen las primicias (el primer fruto) de la cosecha. Cristo es la primicia de la cosecha cuando resucitó (vr. 20) y nosotros (los creyentes convertidos) somos el resto  de los tallos en el momento de Su venida (vr. 23
CONCLUSIÓN: ¿valió la pena la resurrección de nuestro Señor Jesucristo? ¿Estamos disfrutando de los beneficios de Su resurrección? ¡AMÉN QUE SÍ! Cristo resucitó de la muerte y puede darle Salvación eterna a todo aquel que se arrepienta de sus pecados y crea este mensaje de corazón. Su amor y su Gracia no tienen límites. ¡Vive por Cristo hoy y da gracias a Dios por tan enorme sacrificio hecho, muerte y resurrección!

¡AMÉN QUE SÍ!

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